El Barranco de los Conejos, un oasis camuflado en La Graciosa.

La isla de La Graciosa se caracteriza por el gran contraste de sus paisajes, que mezclan su origen volcánico y sus playas de arenas blancas para regalarnos una fotografía que no encontraremos fácilmente en otro lugar.

Esa alfombra de arena que la cubre explica la escasez de formas erosivas en su terreno y esto, sumado a la ausencia de ríos, hace que La Graciosa solo pueda presumir de dos barrancos: el Barranco Verde, al sur de la Montaña del Mojón y el Barranco de los Conejos, al este de Aguja Chica, otra de las montañas de la isla. 

De este último queremos hablarte hoy, porque por todos estos motivos, cuando lo visites, tendrás ante ti unas vistas que tardarás en olvidar.

Descripción

Cobijada por el Barranco de los Conejos está la playa que recibe el mismo nombre.

Es una cala diminuta, que te servirá de lugar de descanso para recuperar un poco el aliento si decides hacer la ruta de senderismo hasta Pedro Barba.

Pero es muy accesible a pie y una visita a sus aguas también merecen este paseo.

Está muy poco transitada, y lo agradecerás, por su reducido tamaño y por la paz que se respira en un punto tan diferente a las playas que solemos conocer.

Esta calita, de 20 metros de largo y apenas 7 de ancho, es un paraíso de arena blanca y grava, enmarcada por una Zona Especial de Conservación (ZEC) y una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).

Un dato que no llama la atención si tenemos en cuenta que toda la isla es considerada un Parque Natural y Reserva de la Biosfera.

Este pequeño oasis se enmarca dentro de la abrupta geografía del este de La Graciosa, con un paisaje marcado por el jable (arenas volcánicas) y las aulagas, arbustos leñosos, de flores amarillas, muy espinosos y en forma de zigzag, que crecen sin ningún orden.

Si todavía te faltan razones para venir, te hablaremos de las vistas que podrás disfrutar desde su orilla.

En el horizonte, el impresionante Risco de Famara (Lanzarote), Punta Fariones, Roque del Este y cómo no, el pueblito de Pedro Barba, uno de los lugares más tranquilos de la isla.

A pesar de ser un sitio muy tranquilo, hay que mantener toda la atención si visitamos esta playa con niños, ya que por la posible formación de corrientes marinas, se pueden formar olas de un tamaño un poco mayor de lo que ellos puedan manejar solos.

Aparte de ese pequeño detalle que se debe tener en cuenta, es una playa muy agradable, tanto por sus aguas refrescantes como por la brisita que corre, algo que se agradece en los días de más calor.

Es una playa de poca afluencia en comparación con el resto de playas de la isla, porque aunque suele ser zona de paso en la ruta de senderismo de Caleta de Sebo a Pedro Barba, no todos los que toman este camino deciden bajar a disfrutar de ella y se limitan a observarla desde arriba. 

Por eso, es una playa escondida y relajante, un punto idóneo para los que buscan paz y estar apartados. Es frecuente venir para hacer nudismo, aprovechando la intimidad de su localización.

Si pernoctas en La Graciosa no podrás irte sin haber disfrutado de un amanecer en la playa de Barranco de los Conejos.

Es una isla con muy poca luz artificial, alguna farola alumbra Caleta de Sebo, pero aparte de esas, la isla se ilumina con el brillo de la Luna y las estrellas, lo que hace del amanecer y la puesta de sol un regalo para la vista.

Si decides venir a pasar el día, recuerda que es una playa en plena naturaleza y sin servicios. Trae lo que vayas a necesitar.

Cuando llegue la hora de irte, ten en cuenta que estás en terreno protegido. 

Ayúdanos a mantener su apariencia paradisíaca. 

Por favor, recoge los residuos que hayas producido y deshazte de ellos de manera responsable.

Te contamos cómo llegar y a qué distancia está del puerto.

Oirás que puedes llegar a esta cala de dos maneras diferentes: a pie o en bicicleta.

En efecto, tendrás por delante una ruta de unos 3 kilómetros.

A pie, los recorrerás en poco más de media hora, unos 15  minutos en bici.

La ruta arranca en el puerto de Caleta de Sebo, donde deberás tomar la salida este, dirección a Pedro Barba.

La senda, llena de indicaciones, es muy estrecha al inicio y está marcada por piedras, pero enseguida se ensancha y podrás seguir la costa hasta el barranco disfrutando del paseo y de la brisa.

Nos permitimos darte un pequeño consejo: Si el viento sopla con fuerza el día de tu visita, te aconsejamos hacer el paseo a pie, porque depende del origen del viento, puedes encontrarte los caminos más llenos de arena, algo que, sin duda, dificultará el rodaje de la bici.

El acceso a la cala lo harás por una vereda de tierra marcada por picas de madera.

Al final de esta vereda llegarás al acceso a la playa de Barranco de los Conejos y te encontrarás ante una postal de arena dorada y aguas turquesas que no te dejará indiferente.

Da igual cómo decidas ir, en bici o siguiendo la ruta, te aseguramos de que el paseo merece mucho la pena.

 

Este artículo ha sido escrito con todo el amor que sentimos por Lanzarote. Esperamos que disfrutes tu visita a la Graciosa y del baño en sus aguas, tanto como hemos disfrutado escribiendo esta sección.

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