Papagayo, la playa de los mil y un atardeceres.

Muchos de los viajeros que llegan a Lanzarote lo hacen motivados por sus playas. 

Sobre todo por las idílicas fotos de las playas de Papagayo, al sur de la isla. 

Pero cuando llegan se encuentran con algo que no imaginaban: descubren unos paisajes mucho mejores que los de las postales, en donde el azul del mar brilla como una piedra preciosa y la arena dorada invita a acercarte. 

Aguas cristalinas, brisa marina, olor a salitre, tranquilidad y naturaleza te dan la bienvenida cuando llegas a este paraje. 

Sin duda alguna, las playas de Papagayo son la joya de la corona de Lanzarote. 

Y queremos enseñártelas.

Acompáñanos en este recorrido por las playas más icónicas del sur de Lanzarote. Seguro que no te resistirás y comprarás tu vuelo antes de terminar de leer este post.

¿Cómo llegar a las playas de Papagayo?

Papagayo es como el refrán que dice que “todos los caminos conducen a Roma”. 

Pues en Lanzarote, todos los caminos terminan en Papagayo.

Están situadas en el sur de la isla, y a escasos minutos en coche de la localidad turística de Playa Blanca. 

Tienes varias opciones para llegar hasta allí, pero la más común es en coche, ya que de esta manera puedes ir de una calita a otra más rápidamente que caminando. 

Papagayo se encuentra dentro del Parque Natural de los Ajaches, así que lo primero que ves cuando pasas la zona de control es una zona árida que parece que no tiene fin. 

Pero que esto no te desanime, porque al final del camino encontrarás una costa que no defrauda.

A tener en cuenta: 

Cuando llegas a la zona de control deberás pagar una entrada de 3 € por coche. Esto te da permiso a entrar en la zona protegida para ir de una playa a otra durante el día entero. 

El camino de tierra puede llegar a ser un poco incómodo, pero le da un valor añadido a la experiencia. Te aseguramos que valdrá la pena.

Estás en un espacio natural protegido, así que cuida el entorno, no te salgas de los caminos establecidos y no dejes residuos a tu paso. En cada uno de los aparcamientos hay zonas para depositar la basura que generes. 

Y por supuesto, llévate el bañador, protección solar, agua, ropa y calzado cómodo si quieres caminar y explorar el lugar. Además, si quieres pasar el día entero allí, puedes llevarte tu propia comida o disfrutar de un almuerzo con vistas en uno de los dos chiringuitos que hay. 

¿Qué ver y hacer en Papagayo?

Te podría decir que una vez que llegues a Papagayo no hagas nada, que te relajes y disfrutes de la calma. 

Pero si lo tuyo no es quedarte tumbado el día entero en la arena, este paraje de Lanzarote te ofrece varias opciones para pasar el día y disfrutarlo al máximo. 

Aunque es una zona muy visitada durante todo el año, descubrirás que sus calas no están masificadas y siempre encuentras hueco en donde poner la toalla. 

Hay playas para todos los gustos: grandes y con amplias zonas, recónditas y escondidas, familiares, nudistas e incluso un pequeño camping que abre en verano y fechas señaladas. 

Pero todas ellas tienen un denominador común: aguas turquesas y tranquilidad. 

Mucha tranquilidad.

Playa Mujeres:

La primera playa que nos encontramos cuando llegamos en coche, también es la de mejor acceso si quieres venir caminando. Solo hay que seguir un sendero que parte desde la playa de las Coloradas, en Playa Blanca, y caminar unos 15 minutos. 

Al acercarte tendrás a tus pies una extensa zona de arena dorada hasta llegar al mar. 

Suele ser de las más visitadas por familias, pero su amplitud le otorga un clima calmado y con espacio suficiente para que puedas tener tu parcela de espacio con total comodidad. 

Playa de Papagayo:

La más famosa y fotografiada de estas playas. 

Y no es de extrañar. 

Una pequeña cala en forma de media luna, con dos espigones naturales en la zona de costa y una pequeña loma en su parte interior, la protegen de los alisios y las inclemencias marinas, creando un espacio tranquilo y lleno de vida. 

Bañarte en sus aguas cristalinas es todo un lujo para los sentidos, ya que están llenas de vida. Los pececitos te saludan a unos pasos de la orilla y si llevas gafas de bucear, podrás hacer esnórquel por toda su bahía. 

Dos pequeños chiringuitos, en dónde comer o tomar una bebida fresquita viendo el atardecer, coronan la playa más idílica de Lanzarote. 

Entre estas dos playas nos encontramos varias calitas más de varios tamaños, pero con mucho encanto: 

Playa de la Cera: 

La más cercana a Papagayo y la mejor alternativa en los días en los que esta tiene mucha afluencia de gente. 

Desde el parking es un pequeño paseo de un par de minutos y el acceso ha sido mejorado, por lo que la caminata se hace bastante fácil. 

Playa del Pozo: 

No hay parking cercano, y la manera más rápida de llegar es dejando el coche en el aparcamiento de la playa de Papagayo. 

Al encontrarse un poco más alejada, encontrarás una playa grande y casi vacía, por lo que es ideal para pasar todo el día. 

Llévate comida, agua y, si puedes, una sombrilla, ya que así no necesitarás nada para tener tu propio paraíso. 

Además, en esta playa encontrarás restos de un yacimiento arqueológico, pues aquí arribaron los primeros exploradores que pisaron la isla en 1402.  

Caletón del Cobre y Caletón de San Marcial:

Que no te engañe su nombre, son dos pequeñas calas situadas entre las playas del Pozo y las Mujeres. 

La mejor manera para llegar a ellas es desde la playa de las Mujeres, por la costa con marea baja, debes salvar una zona rocosa y te llevará hasta la primera. Si continúas bordeando el litoral, llegas a la segunda. 

También puedes ir por los senderos del interior que parten desde el aparcamiento de las Mujeres. 

Estas dos calitas son ideales para desconectar totalmente y relajarte en un espacio casi en exclusiva para ti.

Puerto Muelas y Caleta del Congrio:

Estas dos playas se encuentran en la vertiente este de Papagayo y son perfectas para ir en los días de mucho calor, ya que al estar menos protegidas de los alisios, suelen ser más frescas. 

Hace unos años, eran playas exclusivas para practicar el naturismo, pero actualmente son mixtas, lo que las hace perfectas para pasar una jornada de playa de lo más relajada. 

Además, Puerto Muelas es la que está más cercana a la zona de acampada, para que lo tengas en cuenta a la hora de visitarla, sobre todo en época estival. 

Como ves, las playas de Papagayo están llenas de rincones y espacios que ni te imaginabas. 

Si las visitas, no te olvides tu cámara de fotos, imprescindible si quieres captar las maravillosas colores de las puestas de sol.

Desde la arena o desde el agua, déjate seducir por el encanto de Papagayo y sus mil y un atardeceres. 

 

Este artículo ha sido escrito con todo el amor que sentimos por Lanzarote. Esperamos que disfrutes tu visita a Papagayo tanto como hemos disfrutado escribiendo esta sección. 

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